La sonrisa del Papa Francisco

Papa francisco 1

       Su Santidad el Papa Francisco está en el candelero. No hay día que no aparezca una noticia suya. A algunos de mis conocidos y familiares esta notoriedad les anima. Sobre todo con las anécdotas de su vida privada: “el Papa coge la calle para comprar pasta de dientes” o “el Papa Francisco llama por teléfono a su antiguo profesor de matemáticas”  o  “el Papa nos enternece al recordar, durante un encuentro en el aula Pablo VI, la colcha que le tejió su abuela”. Son historias hermosas. A mí, a todos, también nos ocurren estos sucedidos, incluso a los antecesores de Su Santidad, pero claro, yo no soy el Papa. Me atrevo a afirmar que incluso a Jesucristo le ocurrían episodios salados. Sobre este tema tengo escrito un artículo, “El humor de Dios”, que, extrañamente, nadie se anima a publicar.

       Al Papa Francisco le han nombrado hombre del año publicaciones eminentes: Vanity fair, Times, El Mundo, incluso las revistas gay The Advovate y elintransigente.com; también ha salido en la portada de la revista Rolling Stones… papa Francisco 3Todo el planeta persevera pendiente de él. Y es que muchas personas irreligiosas confían que el Papa  transforme, de una vez, la Iglesia Católica: aprobará el  matrimonio dentro del sacerdocio e incluso el acceso al mismo de la mujer,  el pecado será abolido, la enseñanza religiosa quedará suprimida, el infierno dejará de existir, la homosexualidad será bienvenida, la curia saltará por los aires, el aborto se convertirá en el principal derecho de la mujer, a las monjas se les prohibirá ser vírgenes y mártires, los templos y sus tesoros se entregará a la clase política y la práctica del culto regresará a las catacumbas.

        Los antecesores de Francisco también tuvieron su oportunidad de enderezar la Iglesia, pero, para algunas personas descreídas, ellos, tras un comienzo prometedor, solo realizaron algunos cambios cosméticos, para después venirse abajo, por lo que la renovación quedó aplazada. ¿No fue acaso Juan XIII al comienzo de su pontificado un huracán?, ¿qué decir del Papa polaco?

     A mí también me gustaría arreglar del principio al fin la Iglesia, pero parece que Dios, en su sabiduría, me encomienda trabajos más sencillos. Así por ejemplo, escribir mi blog, criticar los sermones de muchos sacerdotes, sobrellevar el encanto del Cardenal Rouco, tolerar la misa de niños y alguna cosilla más.

       Pero, para qué le darán al Papa, los que se oponen al espíritu de la región católica, los descreídos, tanta cera. Después de todo, ¿cuándo  experimentará Francisco el “bienaventurados seréis cuando os injurien, os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa. […]”?  o  ¿qué ha sido de “yo os envío como ovejas en medio de lobos; sed, pues, prudentes como serpientes […]? ¿Qué les ocurre a esas personas alejadas de Dios para alabar tanto al que es Cristo en la Tierra? Sencillo: “la perversión no difiere en nada de la ignorancia” (San Hilario).

      papa Francisco 2      Así pues, cautela con esta distracción, con tanta alabanza a Su Santidad -además la vanidad es pegajosa-.  Yo seguiré a mi bola practicante. Me da igual que el Papa salga a comprar pasta de dientes, sobre todo si no nos dicen la marca. Entonces, ¿qué le ocurrirá al Papa cuando se “arrugue” con esas reformas?  Sencillo, le darán hasta en el carnet de identidad. ¡Con qué sutileza obra el falso! Espero con anhelo ese día, pues así sabré que Calamidad ha perdido también esta ofensiva y que el Papa Francisco compra tanta pasta de dientes para mantener la sonrisa inmaculada.