En un país imaginario (para no herir susceptialidades)

tonto 1

Sobre Hilario Cantero Ruano los habitantes de Ríoseco, familiares, amigos y conocidos e incluso su madre, Andrea, mantenían la convicción irrefutable de que era un ladrón, un cretino y un imbécil. Por ello, a ninguno de los citados con anterioridad le sorprendió que Hilario intentara ser alcalde del pueblo y que, con posterioridad, llegara a ser secretario de estado (1).

(1) Por no decir Presidente del Gobierno.