Contigo es como volver a empezar
Un día, hace tiempo, me preguntaste, ¿por qué el blog se llamaba anécdotas y disimulos?
Entonces te respondí que una anécdota era un relato breve de un suceso curioso que se cuenta como entretenimiento; un suceso circunstancial, irrelevante, curioso y poco conocido.
Por su parte, el disimulo era el arte con que se ocultaba o encubría con astucia lo que se siente, se sospecha, se sabe o se hace.
Por si esto fuera poco, te comenté que el blog también incluiría algunos desatinos, esto es, comentarios con ausencia de moderación o prudencia. También podrían ser una locura, un despropósito o incluso un error.
A día de hoy, me ratifico en estos planteamientos.