El choque eléctrico como cura al envenenamiento por serpiente

tonto 1En ocasiones, ante la práctica de la tontuna por parte de algunos resulta dificilísimo decidir cuál de ellas es la más imbécil. ¿Qué es peor, hacer una enorme imbecilidad u obtener de ella un estudio científico? La historia que te relato es real y tan fascinante que no le he añadido ni una coma.

Un ex marine (le llamaré Rudolf) tenía como mascota (no necesita nombre), una serpiente serpiente cascabel.jpgde cascabel gran cuenca (Crotalus viridis lutosus). Un aciago día la serpiente mordió el labio superior a Rudolf cuando este la estaba haciendo ojitos. Entonces Rudolf recordó haber leído un artículo sobre el uso de la terapia de choque eléctrico de alta tensión para el tratamiento de la intoxicación por veneno de serpiente. Rudolf decidió pedir ayuda a un amigo y vecino suyo. Como ninguno de los dos tenía un aparato de electrochoque para realizar una descarga controlada, decidieron enganchar al labio pinzas coche.jpgmordido un cable con pinzas (de los que se usan en los coches) y conectarlos a la batería del coche. Para alcanzar la descarga adecuada el amigo aceleró hasta 3.000 rpm y así se mantuvo durante cinco minutos.

Consecuencias del tratamiento de choque eléctrico: el veneno no fue eliminado, pero como premio de consolación Rudolf obtuvo deformaciones en cara y pecho, incontinencia en deposiciones, inconsciencia y un largo y dificultoso proceso de recuperación. Preguntado por dónde había leído tan estúpida idea, contestó que en una revista porno, aunque no recordó el nombre. Por suerte a Rudolf, críticamente enfermo, se le administró a tiempo el antídoto.zombi 9.jpg
Por su parte, ante este suceso tan mostrenco, los doctores Richard C. Dart, del Centro de Toxicología de las Montañas Rocosas, y Richard A. Gustafson, del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Arizona, redactaron el artículo “Failure of electric shock treatment for rattlesnake envenomation” («Fracaso del tratamiento por choque eléctrico en un paciente envenenado por serpiente de cascabel») en la revista Annals of Emergency Medicine (June 1991. Volume 20, Issue 6, Pages 659–661).

annals_of_emergency_medicine