El secreto objeto del deseo

Ayer, a las 21, 45 h., aprovechando la oscuridad, bajé, camuflado tras el mismo, un colchón individual, viejo, algo sucio y con los muelles deformados a la basura. En concreto lo deje apoyado junto al contenedor enterrado del vidrio -residuos orgánicos, papel, envases, vidrio- en la confianza de que hoy, sábado, el camión del ayuntamiento que retira los trastos se lo llevase.

colchón
el mio no era tan asqueroso, pero este sirve como ejemplo.

 

Después regresé a casa, me puse el pijama, me lave los dientes y fui a la habitación de Ignacio a malmeterle un poco. Miré por la ventana de su cuarto a los contenedores: el colchón ya no estaba, ni rastro, ni una pelusa había quedado de su presencia en aquel lugar. Habían pasado siete minutos.

No es la primera vez que me ocurre esto, aunque no con un colchón. Atribuirles la culpa a los gitanos me parece un punto irresponsable; a esa hora están cenando y no todos los objetos/cacharros les interesan.

No he pegado ojo en toda la noche. Los fantasmas de esta ciudad me acojonan.fantasma